No tengo plata
y tampoco comida.
Ni seguridad.
Falta la leche.
¡Dios! los medicamentos
ya no existen.
La inflación
derriba mis puertas
y me atrapa.
Marcan mis brazos
cuando yo quiero comprar
mis alimentos.
No soy la res
del feroz matadero:
¡Soy persona!
¿Sobreviviré?
No con los socialistas
de la cúpula
roja, rojita
ineficiente, mala
del Desgobierno.
Surges, renuncia,
como solución vital
a los problemas
que nos afligen
y martirizan siempre.
¡Infierno rojo!
Cuando protesto
callan mi boca, y mi
cuerpo apresan.
Que venga pronto
el castigo Divino
para la maldad.
Basta, penurias,
mi grito alzo a Dios.
Justicia pido.
Bienestar también
para todo mi pueblo
en Venezuela;
y Prosperidad
en este Año Nuevo
de Dos Mil Quince.
No nos olvides,
Señor nuestro del Cielo.
¡Agradecidos!
Caracas, 12 de diciembre de 2014
IMAGENES: WEB
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