HAIKU A LA VIRGEN DE VENEZUELA
Vidas truncadas
caen en Venezuela.
Se nos tortura.
Se nos condena
a la inseguridad
vil, inclemente.
Miradas tristes
deambulan sin rumbo
por nuestras calles.
Buscan comida
y no la encuentran, pues
ya no existe.
Lo mismo pasa
cuando el mal nos llega:
No hay remedios.
Látigos rojos
restallan fuertes
sobre las pieles
de pobres seres
y en su agonía
sufren y lloran.
Es el Sistema
Rojo Rojito cruel
que nos flagela
con la escasez,
sinónimo de hambre
y enfermedad.
Plantas rojitas
se maduran y pudren
el noble suelo.
Desde Palacios
seres viles nos observan,
mandan controles.
En las farmacias,
y los automercados
captan las huellas.
Crecen las colas.
Y, como la hambruna,
la enfermedad
recorre también
tierra venezolana:
valles, montañas.
Hay eslabones
de pobreza, miseria
por todas partes.
Y se convierten
en cadenas de dolor
en nuestra tierra.
Pido entonces
a mi Virgen Celestial,
"ORA PRO NOBIS".
Caracas, 1ro. de julio de 2015
Imagen: Web